En cumplimiento de su labor de vigilancia y control, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ordenó la suspensión inmediata de las actividades de explotación a dos canteras ubicadas en el municipio de San Francisco y a una recebera, en Villeta, las cuales operaban sin los debidos permisos.

Además de afectar gravemente el recurso suelo y el ecosistema, estas tres canteras también tenían algo en común: ninguna contaba con título minero ni con la respectiva licencia ambiental para operar.

De acuerdo con el informe técnico realizado por la Dirección Regional Gualivá de la CAR, la primera cantera, ubicada en la vereda Toriba del municipio de San Francisco, afectó un área de 1.500 m2, de donde se extrajeron 5.650 m3 de materiales de construcción. La segunda cantera situada en la vereda El Peñón, también, en San Francisco, intervino un área de 1.600 m2, de donde se extrajeron 6.000 m3 de recebo.

Por último, en la tercera cantera que operaba en la vereda Alto de Torres del municipio de Villeta, se estarían extrayendo volúmenes de aproximadamente 480 m3, de material de construcción.

Para el director regional Gualivá, Gratiniano Suárez: “estas canteras estaban ocasionando graves afectaciones a los recursos naturales, especialmente al suelo, al paisaje y a la fauna, por lo cual avanzaremos con los debidos procesos sancionatorios a los responsables”.

Cabe mencionar que estas acciones se llevaron a cabo en el lapso de una misma semana, lo cual da cuenta del compromiso de la CAR de fortalecer el ejercicio de autoridad ambiental. Los operativos seguirán desplegándose a todos los rincones del territorio para poner freno a las actividades que afectan el equilibrio ambiental y ponen en riesgo ecosistemas de importancia estratégica para la región.

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