Con máscaras que simulan picos, guantes forrados con plumas y trajes de piel y otras texturas, un grupo de profesionales de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres – URRAS de la Universidad Nacional, en alianza con la CAR Cundinamarca, desarrollan un método innovador para facilitar el proceso de rehabilitación de las crías de cualquier especie y evitar vínculos de dependencia con los humanos.
Cada año, cientos de animales llegan al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la CAR y a la URRAS de la Universidad. Muchos de ellos son neonatos (recién nacidos), que han quedado huérfanos por diferentes causas, lo que los hace altamente vulnerables.
Otros son víctimas de ataques de fauna doméstica, principalmente de perros; algunos llegan tras ser atropellados en las carreteras y otros más son rescatados tras un cautiverio donde han sido sometidos a malas prácticas de alimentación o mutilaciones como la amputación de plumas en aves, la extracción de los colmillos de primates, y la mutilación de falanges en felinos silvestres.
El proceso de rehabilitación es especializado y varía según la condición de cada ejemplar. La meta siempre es la liberación en la vida silvestre. Sin embargo, no todos lo logran.
La rehabilitación de neonatos es uno de los mayores retos. Estas crías requieren alimentación constante, calor y cuidados prolongados. Si durante este proceso entran en contacto directo con personas, algunas especies pueden generar acostumbramiento hacia los humanos, lo que compromete sus posibilidades de adaptación al momento de ser liberados. Por esta razón, los profesionales de URRAS han implementado una estrategia única: ocultarse tras disfraces y elementos de camuflaje que simulan la presencia de otros animales adultos.
Con esta técnica, los profesionales evitan que los neonatos reconozcan a los humanos como su fuente de alimento o compañía. Se trata de una práctica que, aunque pueda parecer curiosa, responde a una rigurosa técnica de rehabilitación, cuanto menor sea la interacción con la especie humana, mayor será la probabilidad de que las crías sobrevivan en su entorno natural al crecer y ser liberadas.